domingo, 26 de febrero de 2012

Malvinas y el colonialismo

Aritz Recalde, febrero de 2012
Para Aluvión Popular - http://aluvionpopular.com.ar/


(…) “deberíamos comenzar a considerar los argentinos los días 2 y 3 de enero, del año que viene, se van a cumplir 180 años exactos de la usurpación y el desalojo de los argentinos de nuestras Islas Malvinas, deberíamos comenzar a considerar también esta fecha. Fecha que – por cierto – no es la única en los intentos que hubo de someternos, si vamos un poquito más atrás de 1833, nos vamos a encontrar el 1806 – cuando aún éramos colonia española – y en 1807 rechazando las invasiones inglesas. Y más tarde – bajo la égida del Brigadier General Don Juan Manuel de Rosas, en el año 45, rechazando también el bloqueo anglo-francés. (…) Es un anacronismo en el siglo XXI seguir manteniendo colonias. Hay solo 16 casos en todo el mundo y 10 de esos casos son de Inglaterra y en estos 10, también estamos conociendo nuevamente como recrudece el reclamo de España frente al Peñón de Gibraltar”.  Cristina Fernández de Kirchner

Tal cual lo expresó Cristina Fernández en el Acto de la firma del decreto 200/12, de desclasificación del Informe de la Comisión de análisis y evaluación de las responsabilidades políticas y estratégico militares en el conflicto del Atlántico Sur (Informe Rattenbach), la ocupación británica de las Malvinas en el año 1833, no fue ni el primero, ni el último hecho militar ejercido contra nuestro suelo patrio. Durante las invasiones de 1806 y en el combate en la Vuelta de Obligado en 1845, el imperio inglés expresó su voluntad expansionista y de dominio de nuestro territorio.

Asimismo y continuando el argumento de la presidenta del epígrafe, la ocupación británica de las islas Malvinas no es un caso aislado de colonialismo, sino que forma parte de una política que fue ejecutada por las metrópolis sobre diversos lugares del tercer mundo. Tal cual alude Cristina y pese a los procesos de liberación nacional desarrollados a mediados del siglo XX, siguen existiendo posiciones coloniales en diversos continentes, como son los casos de la ocupación inglesa de Gibraltar en España o la ejercida por Estados Unidos en Guantánamo, Cuba.
Más allá de la diversidad en las metodologías y de las diferencias en tiempo y espacio, el colonialismo histórico y el actual, encuentran móviles económicos y políticos comunes. Ellos se pueden resumir en la capacidad de un Estado de apropiarse por la fuerza de los recursos materiales y culturales de otro Estado. Además, la nación o el territorio ocupados, son despojados de su derecho a la autodeterminación política.
La incautación de los recursos materiales, les permite a las potencias colonialistas obtener aquellos bienes que sus comunidades demandan, como puede ser el petróleo, la minería, el agua o los alimentos. La imposición de una cultura, favorece la permanencia y el ejercicio de la explotación colonial a lo largo del tiempo. La enajenación del derecho a la autodeterminación política de una comunidad,  les permite a los colonialistas utilizar la zona sitiada para ejercer sus intereses que pueden variar a lo largo del tiempo. Una posición colonial puede ser utilizada como plataforma militar, como base para la balcanización de un continente, como un gran  campo de concentración y de mano de obra barata, como un mercado de consumo de las manufacturas, como un laboratorio donde probar armas y químicos con civiles sometidos o como un recurso para direccionar la opinión pública en épocas electorales. 
 La ocupación inglesa de las Malvinas y la férrea negativa de sus gobiernos a negociar con nuestro país, se inscriben entre estos objetivos. A partir de lo mencionado y en una extremada síntesis, podemos sostener que la razón colonial británica se encuadra en tres grandes ejes:

Razones Económicas: agua, pesca y petróleo.
“El golpe de Estado que ha derribado a mi gobierno, elegido con una mayoría de votos aplastante, después de elecciones claras y libres, no ha estado inspirado en sentimientos nacionales, pero si financiado por fuerzas que se agitan dentro y fuera de la Argentina. (…) La conclusión de esos sucesos es que hemos sido objeto de un verdadero ataque armado, no muy distinto de aquel que hizo posible la caída de Mossadegh; como el premier persa, también nosotros fuimos víctimas de la sorda lucha por el petróleo. El consejero comercial inglés en Buenos Aires declaró un día, con desusa franqueza, que cualquier esfuerzo realizado por quienquiera para asegurarse la producción petrolífera argentina sería considerado en Londres como un atentado a los intereses británicos. (…) El objetivo era impedir que los recursos petrolíferos argentinos fueran explotados, de manera de concurrir al desarrollo industrial del país”. Juan D. Perón

La posesión inglesa de las islas les permite a los colonialistas apoderarse de los recursos pesqueros argentinos. Según Arturo H. Trinelli, los habitantes de las islas administran alrededor de 125 licencias con  ingresos de hasta 50 millones de dólares al año. Dicha rentabilidad, implica que los isleños adquieran un PBI per cápita de 32 mil dólares anuales, uno de los más altos del continente latinoamericano. Como ocurrió históricamente, estamos financiado empresas extranjeras y saciando el hambre de Europa, al costo de la liquidación de las especies naturales y de nuestros recursos.

Otra cuestión fundamental, tiene que ver con la explotación del petróleo ubicado en las islas.  La lucha por el petróleo fue y sigue siendo, uno de los motivos de los intentos de golpes de Estado y de las dictaduras a lo largo y a lo ancho de Latinoamérica. En este sentido, es que recuperamos la cita de Perón que denunció la participación de los ingleses y sus intereses petroleros, en el golpe militar del año 1955. Según Trinelli, los recursos petrolíferos de las islas le permitirían al colonialismo británico, disponer de crudo por un valor cercano a los 60 mil millones de dólares.

Por último, es importante mencionar que la plataforma militar en Malvinas, puede ser utilizada por los británicos para apoderase de las fuentes de agua dulce de la Antártida.

Razones geopolíticas.
Las Malvinas ofician como una plataforma militar en el cono sur para los miembros de la OTAN. Dicha base, les permitiría a las metrópolis ingresar al sur del continente en caso de guerra. Asimismo, en el marco de los conflictos mundiales por la posesión del agua dulce, la colocación sobre Malvinas les otorgaría a los colonialistas un lugar favorable para el desembarco en la Antártida.

La ocupación de Malvinas adquiere mayor preponderancia, atendiendo que durante los últimos años, países como Ecuador, Venezuela y Bolivia, manifestaron públicamente su negativa a la permanencia o al ingreso de bases militares extranjeras.

Razones de política Interna
Históricamente, las clases dominantes de las potencias organizan la opinión pública interna a partir de construir enemigos y conflictos externos. En este cuadro, edifican y difunden campañas que se organizan promoviendo contenidos profundamente racistas y étnicos.  En muchos casos, en las campañas electorales del primer mundo, asesinar latinoamericanos o individuos de las naciones de las periferias, suma votos y sube encuestas. En el contexto de la crisis económica europea y continuando la utilización de Margaret Thatcher de 1982, el primer ministro inglés fomenta el conflicto para mejorar su posición frente al electorado y la opinión pública.

Lejos de las actitudes de los colonialistas que incluyeron el reciente movimiento militar en las islas, el gobierno argentino le exige a Inglaterra la apertura de las negociaciones en paz. En este marco, la dirigencia argentina está iniciando importantes reclamos formales ante las Naciones Unidas, que van a incluir presentaciones al Comité de Descolonización, la Asamblea y el Consejo de Seguridad. En la denuncia efectuada por la Argentina en la ONU, se hace un claro llamado de atención por la preocupante militarización del Atlántico Sur, remarcando los graves riesgos que ello implica para la seguridad regional.

La intervención en los organismos internacionales, fue precedida por una estratégica e histórica tarea de la diplomacia argentina a lo largo de América Latina y tal cual afirmó CFK “Malvinas ha dejado de ser solamente una causa de los argentinos para transformarse en una causa de los americanos, de la América latina, de la América del Sur y en una causa global”. Que así sea.

Fuentes bibliográficas citadas
·         Arturo H. Trinelli, Malvinas y los recursos naturales. Pesca y Petróleo. Página 12, Suplemento Cash, 12/02/12.
·         Cristina Fernández de Kirchner, 7/02/12. http://www.casarosada.gov.ar/discursos
·         Juan D. Perón, Del Poder al exilio. Cómo y quiénes me derrocaron, Instituto Nacional Juan Domingo Perón, 2006.

viernes, 10 de febrero de 2012

La crisis de Europa: la experiencia llega tarde y cuesta cara

Aritz Recalde, febrero 2012


Analizando como se están dando los debates sobre la crisis en España, Italia o Grecia, uno no puede dejar de asombrarse de la falta de propuestas alternativas planteadas a la debacle en que se ven inmersas las metrópolis.

En este contexto, Alemania bajo la figura de Angela Merkel, hace y desase los programas de gobierno de los Estados en el continente. Lo que llama la atención, no es simplemente el silencio y la sumisión de gran parte de los gobiernos frente a la imposición de los onerosos planes alemanes. En realidad, lo que es digno de resaltarse, es que Ángela Merkel obliga a los gobiernos a aplicar una de las ideologías más perniciosas de la historia de occidente: la ciencia económica liberal. Ésta última, es una ideología metropolitana propia de los siglos XVIII y XIX y se suponía, ya estaba superada a mediados del siglo XX. O por lo menos, daba la sensación que las potencias que crearon y que difundieron ese pensamiento, no iban aplicar dicho veneno a sus economías y a sus sociedades. Extrañamente, los europeos hoy imponen y padecen, las recetas del programa neoliberal que ellos mismos generaron y que exportaron al tercer mundo, condenándolo al subdesarrollo y a la dependencia estructural.

Los planes de ajuste impuestos a España, a Grecia o a Italia, expresan lo lejos que están de desaparecer las rivalidades históricas entre los Estados y naciones miembros de la Unión Europea y de la eurozona. En el marco de dichas disputas, todo parece mostrar que Alemania es quién conduce la desunión europea. Por como impone los programas al conjunto de gobiernos, da la sensación además, que y finalmente, Alemania ganó la II guerra. La desunión europea actual tiene en Angela Merkel, a una nueva Margaret Thatcher liberal. Ésta última, conjuntamente a George Bush, habían sido la cara visible que encabezó la tiranía mundial neoliberal, que fue aplicada al cobayo América Latina.

En la ciencia económica liberal, la política nacional y las decisiones soberanas de los pueblos, son abandonadas para aplicar el programa de saqueo de los organismos privados financieros y de un conjunto de metrópolis vinculadas. En ese contexto, la posibilidad de aplicar cualquier debate profundo sobre una nueva política macroeconómica de cambio de estructura, cede paso al subjetivismo. La razón política, en los argumentos de dicha ideología, deja lugar a una justificación de cariz psicológica. Todas las acciones a promover se tratarían de un problema de confianza y de percepción de los actores económicos. La solución a la recesión o la quiebra de empresas, necesitaría más bien psicólogos, que políticos o que economistas. Hay que bajar salarios y eliminar derechos sociales, para que el mercado tenga confianza e invierta. Hay que dar gestos a los mercados y por eso se trata de privatizar empresas o de expulsar empleados públicos. Como en otras épocas de la humanidad, se trata de inmolar personas para idolatrar a un dios. En este caso, están sacrificando poblaciones enteras, para rendir tributo al todopoderoso mercado.

En plena crisis y retrocediendo un siglo en la historia de los debates económicos, gran parte de los europeos declaran públicamente la muerte de la política. Por ejemplo y paradójicamente, de la misma tierra en que nació uno de los fundadores de la ciencia política como fue Maquiavelo, surge un personaje del perfil del primer ministro Mario Monti, que se expresa públicamente como un “técnico” que se propone sacar el país de la catástrofe, aplicando matemática neoliberal y señales a los mercados. En pleno desastre económico fruto de la especulación financiera, son los gerentes y tecnócratas de los mismos bancos que las generaron, los protagonistas de las supuestas soluciones.

Los promotores del liberalismo, están siendo devorados por un programa que destruyó el sur del planeta. Si la dimensión de la crisis aún no fue más grave, es gracias a la expoliación y el saqueo del tercer mundo, con el que financian los seguros y los subsidios de desempleo con los que postergan el enfrentamiento social que va a originar el paquete de medidas aplicadas.

El neoliberalismo ejecutado a fines del siglo XX en gran parte de los Estados latinoamericanos, fue impuesto luego de las dictaduras de los años setenta y ochenta. El liberalismo en su versión clásica o neoliberal, es una ideología que en nuestro continente está bañada de sangre. El balance de la aplicación de esa política, le costó a la región más de 30 años de estancamiento, una tenebrosa inequidad y la consolidación y la profundización, de un subdesarrollo estructural y permanente. Por suerte para el presente y el futuro de la región, las organizaciones libres del pueblo aprendieron de la trágica experiencia. Tomando distancia de las medidas que llevan a la catástrofe a Europa, América Latina aplica políticas de Estados centradas en cuestiones denostadas por los tecnócratas, como son la economía real, la industrialización, el mercado interno, la soberanía popular o la justicia social.

Parece que en Europa, lamentablemente, la experiencia llegará tarde y costará cara.

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